¿Sabes cómo duele
amar sin respuesta?
Es como gritar
en un mar sin orilla,
como sembrar flores
en tierra salada,
al regarlas con lágrimas
...noche y día.
Y te dices: ¿podré olvidar?
Sanar no es olvidar,
eso es mentira,
sanar es aprender
a cargar la herida,
a besarla en la noche,
a llamarla amiga,
a decirle gracias
por no haberte vencido.
Y la voz que calla se hace fértil
Voz que canta
en las grietas del tiempo,
voz que nace del duelo,
voz que grita: ¡No muero!,
aunque el mundo
se quede sin cielo.
Este poema
lo escribo para ti,
que cargas el peso
de un adiós
que no entiendes.
Tu llanto no es debilidad…
es un río sagrado
que lava lo que duele.
Y de ese río,
nacerás de nuevo.
Te lo prometo.