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Poemas extraídos del libro: Historias reales soñadas por las mentiras ...y cómo estas jamás han sucedido
De la nada
Poesía recitada por:
Naxo García
Tras la batalla
Poesía recitada.
Poema extraído de mi poemario: Historias reales soñadas por las mentiras...
¿Quién pasea a quién?
Atravieso las pálidas sombras
que muestran este paisaje
y me posee
el éxtasis de la melancolía;
una autopista de miradas sin peaje;
de turbias mañanas
donde el dónde
no se encuentra
y cuando el cuándo
ya ha terminado.
Y me pregunto,
en esta vida,
¿quién pasea a quién?
¿El amo a la conciencia?
¿El perro a la obediencia?
¿La sombra a la paciencia?
Dime tú,
¿quién pasea a quién?
Son interrogaciones que van de la mano
…y no conocen respuesta.
No conocen otra forma de existencia
más que la propia coexistencia.
¿Quién pasea a quién?
Como los paisajes de primavera
que ahogan el color de las flores
bajo un remolino de sol
que te ciega y confunde
…como la vida,
en la que presagio ser
un memo ingenuo
intentando acariciar
la latitud del tiempo
para doblegar los grados,
minutos
y segundos.
Porque,
¿quién pasea a quién?
Si este paisaje de fantasía
mezcla realidades de infancia
con sueños de madurez
…¡Joder, que batiburrillo de sensaciones!
Y es que te pregunto,
una y otra vez,
¿Quién pasea a quién?
Es como querer inventar
la máquina del tiempo
con un movimiento sempiterno
de aleteo de libélulas;
con el soplar de los vientos
que se encuentran
en los cruces de caminos;
con la ausencia de rima en estos versos;
con la chulesca actitud prosaica
de mi intento de poesía
…donde encontré
una bocanada de aire fresco
para gritar a este confuso mundo,
¿Quién pasea a quién?
Quién acompaña mis pasos,
quién sostiene mi mano,
quién roba la luz de mi sombra
…en la soledad de tu presencia.
Si muero en tu eterna vida,
si vivo en tu eterna duda.
El olvido de las cosas ya se acerca
y la siluetas que revelan
las sombras del camino,
estas máculas en la memoria de mis ojos,
esta negrura en los perímetros de mis historias,
esta ausencia del roce de tus dedos
…me hacen dudar
de la veracidad de lo que mis ojos ven.
Y es por eso que te pregunto a ti,
¿quién pasea a quién?
El contador de cuentos
Alguna vez, alguien dijo que los cuentos
no son historias creadas
para ser escritas o para ser leídas.
Ese alguien dejó entrever
que los cuentos son historias
que deben ser contadas.
Y oídas en silencio.
Si tenemos dos oídos y una boca
será para callar
y escuchar el doble de lo que hablamos. T
enemos tiempos de silencios
y tiempos para hablar.
Pero al cuentacuentos no le apetecía callar
y escuchar las palabras de los demás.
Así que decidió salir al mar
y contar sus cuentos a las olas
y a los pececillos que salían a respirar.
Allá, nada ni nadie le interrumpiría
en sus relatos de aventuras,
de leyendas,
de lugares mágicos,
de caballería,
de fantasía erótica,
de habladurías
y de patrañas…
Y sucedió que el rey del mar,
escuchó cientos de narraciones
del contador de cuentos.
Una y otra vez recitaba
verso tras verso,
frase tras frase,
poema o prosa,
inverosímiles fábulas
que despertaron su ira.
Mandó hasta la superficie
a su más temible espíritu
Umibozu para obligarlo a callar
y que fuesen las olas del mar
las que gobernasen el silencio a su antojo.
Pero el contador de cuentos no supo callar.
Y le recitó, con atronadora voz,
una historia de amor
entre un marinero y una sirena.
El espíritu lo oyó entusiasmado.
Al terminar la historia,
Umibozu, hizo zozobrar la embarcación
y lo hundió hasta el fondo del mar.
Donde se ahogó el eco de sus palabras
y se consumió su insaciable aliento.
Ahora su alma descansa
donde las almas de las personas
que no tienen a nadie que les llore.
En el lecho marino,
entre los arrecifes de coral
y la callada sinfonía de vaivenes
de sus callados habitantes.
Es su momento para escuchar,
en sepulcral mutismo,
lo que los demás deben decir.
Aunque, tan solo,
se oye
…silencio.
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